Busco que las personas puedan entender lo que mi corazón quiere decir a gritos, y lo que mi mente intenta acallar.

Interrogantes

Interpretando señales. Me paso los días desenrollando mi cerebro, tratando de encontrar algún tipo de explicación. ¿Por qué algunas personas abandonan nuestras vidas y otras, sin decir nada, simplemente se instalan? ¿Qué clase de ejido mágico alberga este tipo de intercambios? ¿Cómo deciden (decidimos) de donde deben huir y donde deben quedarse?


Libro


''Las cosas no son todas tan comprensibles ni tan fáciles de expresar como generalmente se nos quisiera hacer creer. La mayor parte de los acontecimientos son inexpresables; suceden dentro de un recinto que nunca holló palabra alguna. Y más inexpresables que cualquier otra cosa son las obras de arte: seres llenos de misterio, cuya vida, junto a la nuestra que pasa y muere, perdura.''

Este libro me cambió la vida. Un giro de 180 grados. Llegó a mis manos prestado, de una manera extraña, y nunca más se fue, porque jamás he vuelto a ver a la persona que me lo prestó.

Película 

Another earth 
Plantea un interrogante tan simple como complejo: ¿Qué nos gustaría ver si tuviésemos la oportunidad de vernos a nosotros mismos? Increíble.




Canción

The scientist - Coldplay
La escucho cientos de veces y cada vez me transmite una emoción distinta.



Cerrar el año, abrir otro.

Otro año que termina o un nuevo año que comienza, todo depende de la perspectiva con que se lo mire. Detesto hacer balances del año porque, seguramente, me darán un resultado injusto. No todo es tan malo como parece y no siempre los problemas son tan importantes. A veces me hubiera gustado preocuparme menos y vivir más, o preocuparme más y vivir menos, todavía no decido. Un año nuevo que comienza es tan significativo como uno quiere que sea, cabe recordar que nunca es tarde para hacer las maletas y partir, metáforas a un lado. Más allá del momento del año, del ultimo día o el primero, no esta demás cuestionar los aspectos negativos y enaltecer los positivos. 

Siempre aparece ese momento en que nuestra mente se pierde en el universo y empezamos a cuestionarnos el rumbo de nuestras vidas, donde intentamos saber para qué estamos en el mundo terrenal, que motivo nos mueve, y porqué tuvo que ser de este modo y no de otro. Las nuevas oportunidades se encuentran a la vuelta de la esquina, pero que comience un nuevo ciclo es un motivo más que importante para decidir que es lo que queremos. No hablo de tirar todo por la borda, aunque nunca son perjudiciales los pequeños cambios. Comer diferente, vestir diferente, perdonar, vivir en otro lugar, cambiar los muebles de lugar, leer más libros, ver más películas, preocuparse menos, ayudar más. Pequeños objetivos y metas que puede hacer que la vida tenga otro tinte, un poco más intenso, más dulce. Porque creo que de eso se trata, encontrar en cada momento el disfrute, la sensación de plenitud, la emoción y la piel de gallina. Para hallarle un sentido a la rutina que llevamos, para poder sobrellevar los días no tan lindos y la mala cara de algunas personas, porque claro, siempre hay altibajos y no todo se pinta de rosa. 

Tal vez haya más bajos que altos, pero en este año nuevo que comienza, no quiero ser el problema, quiero ser la solución. Tender la mano, ampliar la sonrisa y caminar con satisfacción. La verdad, no sé qué tan dificil será, pero un nuevo ciclo se inaugura para este sitio: un libro, una película y una canción. Hoy comparto algo que no cabe dentro de ninguna de las tres categorías pero así cierro el viejo año y comienzo el nuevo. Vivamos, sintamos y valoremos, que poco tiempo tenemos dentro de lo mucho que a nosotros nos parece. 



Mamá: quiero ser poeta.

Una sensación pura
Una canción que eriza la piel
Tus labios tocando los míos 
La llovizna en verano
Mi madre sonriendo
Un abrazo fugaz de un hermano
Aquel hombre que baja de su auto para ayudar a un ciego a cruzar la calle
Ese amigo que halaga un detalle mínimo 
El ladrido de mi perro
La luz tenue a las 3 am
El libro que tanto amo
Encontrarse con un conocido por la calle
Hablar nimiedades con un desconocido
El cielo totalmente despejado
El cielo con nubes que anuncian tormenta
El vaivén de las pestañas antes de caer dormido
Las pestañas aglutinadas después del llanto
La alegría de hacer algo bueno
La alegría de hacer algo nuevo
El miedo de hacer algo nuevo
Leer un gran poema
Encontrar una nueva pasión 
Planear un viaje en familia
Caminar sin destino alguno
Una película emocionante
Descubrir un nuevo aroma
Llorar con alguien
Llorar por alguien
Reír hasta que duela el abdomen
Una gran borrachera
Una gran resaca
Un recuerdo de una gran noche
Un examen aprobado
Una historia de vida inspiradora
La adrenalina de conocer a alguien
La espera después de conocer a alguien
Un "te quiero" dicho con sentimiento
Saber que estamos vivos
Entender que estamos vivos
Valorar que estamos vivos. 


Alma

Ojalá el amor fuese más como en las películas y menos como en la vida real. Ojalá fuese como antes, cuando las personas buscaban conocer el alma y no el cuerpo. El cuerpo se deteriora, el alma jamás. Uno crece, come, deja de comer, cumple años, acumula décadas, arrastra tristezas, se enferma, sana y vuelve a enfermarse, a la piel se le hacen grietas y, algunos pocos también nos hacemos dibujos. Todos somos iguales por fuera, dos piernas, dos brazos, un par de ojos, un corazón. Pero el alma, el alma no. No hay ninguno igual a otro. Cada uno elige como nutrirlo, de que personas rodearse, que libros leer, que películas ver, que lugares visitar. Eso cambia el color, la forma y el tamaño del alma. Nadie es mejor o peor que otro, pero si, somos  inevitablemente distintos. Y en la diversidad está la belleza, y la belleza también está en descubrir cada día una faceta nueva de la misma persona, familiar, amigo y, principalmente, pareja.

Eso es lo que la sociedad necia de hoy no quiere entender. Que por fuera, podemos ser un poco distintos, pero al fin y al cabo, todos somos iguales. No importa cuantos cuerpos rodees con tus brazos, esos cuerpos tienen sentimientos, lloran, ríen, sufren, disfrutan, piensan y, por sobre todas las cosas, tienen un alma.

A la sociedad de hoy se le termina el interés cuando se atraviesa la etapa de lo carnal. Una vez que conocen de todas las formas posibles un cuerpo, lo desechan, ignoran, quieren  uno nuevo. Comienza la cacería nuevamente. Y es obvio que, en algún momento tiene que terminar, porque de esta manera, no hay persona que encuentre saciedad, y hablo en general, hombres y mujeres.
Cambiamos, mutamos, con la tecnología y el avance tenemos más salud, aumentó la calidad de vida de las personas, la mayoría tenemos libre albedrío (digo la mayoría porque obvio que no todo es color rosa en el planeta tierra) y aún así, no somos capaces de entender que la mayor felicidad la encontramos en el compartir con otro ser humano. Vivimos el momento de lo express, está de moda el ahora, el no mirar al futuro, el carpe diem, pero ¿a costa de qué? No critico la filosofía de vida de muchos, porque también la practico en ciertos momentos, pero estamos abusando de lo que se nos da.

No miramos a un costado, no observamos a la persona que se nos para al costado en un bar, en el transporte público, en el puesto de revistas, en la calle caminando en el mismo o distinto sentido, solo visualizamos el todo. Si una persona no se viste como nos gusta, comentamos si vamos con un amigo. Si tiene un raro corte de pelo, nos reímos por lo bajo. Si tiene puestos los auriculares y va cantando, lo tildamos de loco, porque obvio, no es lo que estamos acostumbrados a ver. Y cuando se trata de una persona que nos atrae, no pensamos en que hace cuando llega a su casa, cuáles son sus pasiones, porque lloró cuando era niño y en que o en quien piensa cuando llueve. Lamento decirlo, pero vemos a las personas como simples objetos que se van moviendo por nuestras vidas. Nos identificamos entre nosotros como fichas en un tablero de ajedrez. Todos jugamos a lo mismo pero, ¿qué pasaría si a alguien, algún día, se le ocurre patear el tablero? 


Shelter for beginners

+ Lo que una vez fue un adiós,
hoy se convierte en un comienzo.
Las personas creen que son irreemplazables,
que valen las lágrimas,
que tienen el derecho de abrir y cerrar puertas como se les dé la gana.
Pero ¡cuidado!
que a veces queremos volver a abrir esa puerta

y el cerrojo tiene dos vueltas de llave. +

   
          
                                                                                                                     - MG -

La parte más importante: el viaje

Cuando nos ponemos a pensar que será de nosotros pronto, o en un futuro, creo que no debo ser la única persona a la que se le llena de preguntas el tintero. La mayoría de ellas  carecen por completo de respuestas. Al suceder, siento que mi vida transita en el más absurdo sinsentido y me hace dudar de todo lo que pienso, siento y soy.
Hay veces en las que me pongo a prueba, me cuestiono que tan valiente puedo llegar a ser si sucede tal o cual cosa, o si decido cambiar por completo mi meta.
Cuando era pequeña, me dijeron que no siempre hay que darle todo a lo que pide la caprichosa voz del corazón, por eso mismo, porque es un maldito capricho. Pero, ¿cuán lejos estamos de convertir el capricho en una forma de vida? ¿Cuánto tiempo me llevaría? ¿Y si no me alcanza la vida para vivirla de la manera que quiero?
A la mayoría nos cuesta entender que es solo eso, que es solamente vida, que nada traemos y que nada nos llevamos al irnos, pero que pareciera, vivimos tratando de cambiar una realidad que no puede ser cambiada bajo ningún punto.
¿Qué cantidad de derrotas me llevará tener que asimilar que nada puede construirse sin nada que contenga una mínima pizca de amor? Y, ¿si mi sol un día dejara de brillar sin que yo haya podido entenderlo? Sin que haya podido encontrar mi verdadera meta, mi propósito por el cual pueda despertar en las mañanas sin pesadumbre, y por el cual no irme a dormir sin haber trabajado aunque sea un minuto para lograrlo.
La desesperación por no encontrar el propósito de hacer lo que hoy me mantiene viva, no es quizás lo que más me encierra, sino lo que más me aterra, porque prisionera no soy, pero vivo aterrada sin dudas.

Y cuando las puertas de la vida se cierren para mí, quisiera poder tener la certeza de que no voy a arrepentirme sobre los momentos que no viví y los sueños que no hice realidad, y quiero comenzar a vivir ese camino ahora. No le daré un día más al viaje para que pase sin que yo haya aprendido algo, ni que haya continuado mi búsqueda de las respuestas y del propósito. Aprovecharé cada segundo al máximo, pretendiendo que es el último, y, por supuesto, para que mis últimas palabras sean inolvidables y dignas de ser escritas en algún lugar importante.


                                                                                                   - MG -

Bitácora sentimental

Y, al fin y al cabo, ¿cuál es el problema de tener un alma que tiene las alas listas para salir volando? No quiero ser catalogada ni etiquetada como cierto estereotipo de persona. Soy lo que soy, y nunca voy a poder cambiarlo, ni aunque quisiera. Estoy atrapada en un cuerpo que no hace más que moverse errante por la vida de las personas, casi sin dejar rastros para algunas y dejando heridas profundas y hasta huellas imborrables en otras. Me gustaría poder asumir que, a veces, el camino no se me hace fácil y que tengo ganas de salir corriendo por una recta sin fin. Quiero dejar de omitir mis sentimientos, y desearía poder encontrar otra alma que tenga ganas de exorcizar a mis demonios, y que me abrace hasta que todos mis pedacitos puedan volver a unirse.


                                                                                                              -MG-

Lágrimas en el desierto

Es tan fácil que las personas no se inmuten cuando ven a alguien llorar. Que la humanidad no se desespere por el sufrimiento ajeno. Que sea normal que tanta gente llore a escondidas y muerda sus puños intentando acallar un sufrimiento escondido y que a la pregunta de alguien intrigado sobre cómo estamos, solamente respondamos un desacertado “bien”.

Deberíamos admitir que no, que no nos encontramos bien, y que, de vez en cuando, está bien buscar ayuda y de a poco empezar a encontrar las personas que pueden ayudarnos a reencontrarnos con nosotros mismos cuando estamos perdidos en un inmenso desierto de recuerdos y de culpas que nos echamos, para tratar de encontrar respuestas a inefables interrogantes, para tratar de que todo, algún día, pueda ser un poco más simple, o al menos, un poco menos doloroso.

¿Por qué cuando vamos en el transporte público y una persona comienza a reírse a carcajadas, todos volteamos y miramos con expresión de asombro a la felicidad ajena? ¿Por qué tratamos de boicotear a quienes se sienten inexorablemente positivos? ¿Por qué siempre nos negamos y desviamos la mirada hacia nuestros problemas y no hacia los problemas de los otros?
No sé a quién o a qué le escribo. Tal vez le estoy escribiendo a ella, a ella que una vez se le entumecieron las alas y no pudo volar por culpa de un dañino elemento químico. Cuánta impotencia se siente cuando alguien se va sin poder decir adiós, sin poder cerrar una historia, sin poder pedir perdón. Pero hoy encuentro una mínima respuesta a mis infinitos interrogantes, eso sólo hoy me basta. Quizás mañana despierte con los lagrimales secos, pero no interesa saber porqué lloramos cuando lloramos, sino que a todos nosotros los seres humanos, nos hicieron para sufrir y para vivir, ser felices también.


Tal vez estamos hechos de sufrimiento para no olvidarnos de que, cuando otro sufre, todos nos reducimos a lo mismo. Ojalá podamos volver unos pasos atrás para volver a asombrarnos cuando vemos una lágrima corriendo por la mejilla de un desconocido en la calle.                                                                 
                                                                

                                                       -MG-

¿Quién te sostendrá cuando se apague la luz?

Así como el aleteo de una mariposa
en medio del mar
puede producir un enorme tsunami,
unas simples palabras dichas en el oído
pueden producir innumerables sentimientos.

No sé si serán los lunares que te surcan la espalda,
o el sonido de tu respiración,
o que te importen tan poco la vida y el saber
pero me enloquece saber que fuiste mío un día y que hoy no.

Mi causa y mi efecto,
no paran de atormentarme
el brillo de unos ojos a punto de llorar
no se puede olvidar rápidamente
no sigue como el vaivén de un pestañear.

Así como la soledad nos ayuda a conocernos,
yo, sola, no dejo de preguntarle a mi inconsciente
¿qué hubiera ocurrido si no abría ciertas heridas?
¿qué pasaría si no se pueden sanar más?




Poetry

Quiero correr,
esconderme
y transpirar recuerdos
teletransportarme a ningún lado, 
desaparecer.

Reaparecer,
asustar a la gente mala,
volver y rogarte
que te quedaras,
para que volvieras
a enamorarte... de mí.

De pronto, me doy cuenta que: 
uno no vuelve
a donde más feliz fue, 
sino donde sintió ganas de estar vivo
y yo contigo, amé mi vida.


#120: no abandono más

Aquellas noches en las que no sabemos cuál es nuestra esencia, ésta es una de ellas. Muchas veces me sentaba frente a mi computadora y tecleaba con frenesí como si una voz risueña me dictara lo que yo debía escribir, exactamente cada palabra fluía de mis manos como sale un animal encerrado por mucho tiempo. Pasaron un par de años y yo dejé de escribir, no porque no quisiera, sino porque esa voz se había callado, había desaparecido por completo. Hoy, ésta noche vuelvo a escribir, no porque la voz haya vuelto a aparecer, sino porque siento que no tengo escapatoria, éste es mi único remedio.
Vivo en una ciudad que se caracteriza por tener miles de habitantes. ¿Por qué digo miles? Millones de habitantes. Millones de caras, cuerpos y almas desconocidos. Millones de voces que nuestro cerebro no conoce. Te encuentras caminando y usando el transporte público igual que todos aquellos desconocidos. Haces tus tareas cotidianas, trabajas, cocinas, comes, estudias, lees, escuchas música. Y sientes, sí, también sientes, como lo hacen todos ellos, aunque queramos escaparnos por la tangente del tema; si, todos sentimos, todos los millones de desconocidos sienten, al igual que yo. Es una acción inherente a nuestra existencia, pero un tema tan fácil de desviar, tan difícil de encarar. ¿Por qué nos aterra tanto lo que siente el otro?
Habrá varias razones, pero en este caso, me rodea una, me está tocando en la espalda y cuando volteo para ver, no se muestra. La infantil razón es que no me quieran. Mi miedo mayor. O mejor dicho, que me quieran y luego me dejen de querer. Me aterra el sólo pensar en involucrarme con alguien y luego que ese alguien desaparezca, ponga excusas o simplemente me diga la verdad, la horrible y cruda verdad que todos, sin importar de que fuerte metal esté hecha nuestra armadura, odiamos. La terrible verdad es: “no siento nada”.

Cómo nos golpea en la cara esta frase de tres miserables palabras. No puedo dejar de tenerle miedo, pero a veces siento que no merezco que sea de otra manera.




All I want was break your walls

Retomando mi hábito extraño que brota caudalosamente desde mi alma tenue, apagada. Hoy ha sido un día infinitamente parco y triste. La llovizna helada no da respiro para que uno salga a poner sus pies descalzos sobre la frondosa hierba. No interesa cuanto tiempo haya estado viviendo en modo intranquilo, solo me incumbe el precoz tiempo que podría disfrutar estando a tu lado.
Eres más fugaz que el propio reflejo del espejo, incluso que mi sombra. Te me escapas de las manos, no soy lo suficientemente rápida como para seguir un espíritu libre. No expreses tanta tristeza ni tanto descontento hoy, amor mío. Hace sentirme quebrantada en millones de pedacitos. No entiendo como llegué a encontrarme con la iluminación cercana de tu alma. Estábamos pegados. Éramos lo que todas las personas soñamos y lo que pocos hallamos.
Pero, un día, con un suspiro tierno dijiste que no conformaba a tus exigentes expectativas. Lo siento, no puedo ser alguien que no soy; odio fingir y mi vida se reduce a un crudo realismo mecedor y relajante, el cual me sumerge en paraísos de gloria insensata.
De repente, cerré brutalmente la puerta que se encontraba detrás de mío. A los pocos segundos, mis disminuidos sentidos percibieron como el frío metafísico congelaba cada una de mis extremidades y hacía retorcerme de dolor sobre el mismísimo hielo que congela sueños y certezas.
Quiero reabrir esa puerta. Está bloqueada. Cielos, me encuentro en profundos problemas. Nadie ha logrado salvarme de tal sometimiento. Sólo tú posees esa llave sanadora y decidiste tragártela, para que yo misma probara el sabor de mi propia medicina.

En los primeros instantes de revuelo inmoral creí no poder soportar; pero aquí me encuentro, aquí me tienes atroz bestia. Eres encantador.


Paréntesis


Día seis mil ciento noventa y nueve de una vida acumulativa. Acumulativa de recuerdos, emociones, materialismos, historias y un par de castigos. Algunos creen que una miente por mentir, que el dolor no duele y que las tristezas pasan como corre el agua por el rio. Creen también que la frialdad es inexplicable, que se da sin motivos y que la alegría brota a borbotones por donde sea que pueda habitar. No es tan sencillo. Mucha gente muy bien sabe a qué me refiero. Las competencias se abren de par en par, se abren camino por no expresar disconformidad. Tal vez estamos hechos de dos materiales, los cuales se van rotando según la circunstancia que se viva. Yo, por ejemplo, creo que soy de hierro y de madera. Hierro que cuando se enciende quema, cuando se enfría, quema también por acción del helado frio seco. De madera, que cuando la encienden con enfrentamientos sin argumentos, con comportamientos inadecuados y agresiones a la propia persona. Pero no se enciende por completo. Se enciende, y cuando cree que se va a apagar y calmar el fuego interno, se vence a sí misma, se quema, se hace cenizas, se reduce a la nada misma.
Esta es la vida que yo elegí, y que a veces, no. Cada uno hace lo que siente, o lo que le imponen, tristemente, pesa como una pesa colgada en el corazón. Esos aliados negros que nos dejan rupturas por doquier. Los llamo aliados, porque hay situaciones en las que uno cree que los tiene, y otras en las que simplemente te dejan a la deriva, permitiendo que te sofoques, te dañes, te quemes, es una analogía absurda. Es difícil mantener la pasión por los ambientes y las personas que te hacen daño, es tal cual practicar masoquismos aislados; pero que son acumulativos y malignos para nuestra propia integridad física y moral. Recomiendo prestar especial atención: hay veces que nos ayuda a obtener una fuga de sentimiento, un escape de letras que bailotean en la mente, creando oraciones, y cuando las piensas y analizas, exclamas victoria. Esas oraciones riman, tienen coherencia y cohesión, y tal vez podrían ocupar las páginas de algún libro.

{Paréntesis: Necesitaba una tarde en la que pudiera circular por mi casa en pijamas. A propósito, hago este escape bloggero para desintoxicarme del estudio. Y más aún cuando tus emociones amorosas están estabilizadas, es una típica tarde de otoño fresca y lluviosa, y vives un contexto nacional que no sabes de donde obtener explicaciones ni sentido lógico
También dentro de este primer paréntesis, inaguro la sección así llamada, para que ustedes puedan observar las condiciones que rodean mis ideas y mis ataques de creación. También hoy inaguro una lista de libros memorables que marcaron mi vida y aconsejo leer, así como iré sumando libros y escritos que leeré a lo largo del tiempo. La lista la pueden ver en el margen derecho, abajo de la pestaña Inicio. ¡Espero sus opiniones!}





Confesión #114


Distanciamientos, olvidos, rencores. Tanta soledad dispersa por la sociedad cuando lo único que necesitamos para vivir, es el cariño de otro ser humano; y desvivimos cuando no lo tenemos y de verdad lo necesitamos. Corretear por callejones luminosos del corazón, ir siguiendo señales para encontrar la puerta abierta a el alma, a ese alma. Algún alma espiritista que busque lo mismo que uno busca y desea encontrar. Cuesta más hallarlo que olvidarlo, y cuesta más entenderlo que juzgarlo. Ambigüedades que, como seres, estamos “dispuestos” a asumir.
Nadie sabe con certeza cuánto cuesta encontrar esa esencia, ese arte del corazón, esa apertura para uno y para el mundo. Pero ese es el secreto que nos hace llenar nuestros ojos de lágrimas, y lucirlos brillantes de la emoción.



Confesión #113


Imaginación, reacción, acción… ¿solución? Emoción. Tentación, creación, evolución… ¿perdición? Politización.
Cambiamos, operamos cambios porque la humanidad ha estado obligada a adaptarse a los cambios desde evolutivos hasta trascendentalmente históricos. El sentido que le damos a esta palabra, es el permiso que nos damos para transcurrir y recurrir a través del tiempo, una y otra vez, a los mismos interrogantes, por los que asumimos que no tienen respuesta alguna. Tal vez nunca nos rendiremos, nunca dejaremos de formular porqués, infinitos porqués. Externamente nuestras facciones permanecen inmóviles, inmutables. Internamente, se asemeja a una gran ciudad donde, supongamos, cada uno de los interrogantes es cada ciudadano. Y en esa gran ciudad, hay seis millones de personas. Desorden total. Imaginen.
¿Y cuando los cambios concluyen? ¿Qué ocurre? Falacias. Los cambios jamás terminan. Siempre siguen dando vueltas en un mismo círculo vicioso, solo que no nos damos cuenta, porque asumimos un respeto y una actitud digna de adaptarse sin apartarse y apartarse inadaptadamente. 


Amor en un frasco

Año nuevo. vida... sin renovar. Francamente no necesito renovarla. Está muy bien así. Lo sé, sé que me atrasé once días con el deseo de felices fiestas. Pero la intención es lo que cuenta, ¿verdad? 
Este verano ha estado muy ajetreado. Este envase veraniego esta lleno de amor, amor para mi y para ti. Reconozco que no le he estado prestando atención a esta vida, pero padezco de un amor insaciable, un amor profundo, un amor pacífico. Un tanto extraño, quizás. No tengo preguntas y también carezco de respuestas, pero no me importa. No voy a prestarle atención a las carcajadas producto del alcohol en sangre. Esta vez esto se titula amor y otras cosas. Es otra página de esta vida. Probablemente no haya cosa mejor que esto. Piénsalo, podría hacerte ser lo que siempre quisiste ser. Y podría hacer lo que jamás nadie ha hecho por ti. Tal vez mereces algo mucho mejor. Pero mientras déjame con la ilusión de estar siendo feliz, aunque sea por un semestre. ''El semestre más feliz de toda mi vida''. Así como el semestre que pasó.
Siempre me importó esto, estos temas. Esta sociedad tan poco profunda que se cae de a pedazos. Esta atrocidad que se está cometiendo. Pero al diablo con las políticas falsas. El amor, hoy, ocupa una gran parte de mi corazón (y de mi mente).


Soy exactamente lo que no mereces, hay un puente hasta pluton con mis defectos, he cometido el mismo error 500 veces y estoy a 100 años luz de ser perfecta 




Tranquilos bloggers. Estoy preparando una entrada como las de antes. 

Confesión #111



Si alrededor todo se derrumba. Si afuera los edificios se corroyeran y los autos se perdieran en una nube gris. Si las hojas otoñales dejaran de crujir. Si el ruido de las olas del mar no fuera el mismo. Si la lluvia no mojara como antes. Si mis perros dejaran de ladrar. Si mi caligrafía no fuera la misma. Si los libros no tendrían ese tinte maravilloso. Si todos ellos dejaran de existir. Si mis planes del futuro no pudieran ser posibles. Si yo perdiera la capacidad de soñar. Si me quedara indefensa. Si a este pequeño lo renombraran y lo habitasen millones de personas. Si los días de lluvia dejaran de gustarme. Si las siestas no fueran tan lindas. Si mis uñas se quebrasen. Si me sensibilidad desapareciera. Si mi familia no me quisiera. Si estudiar me llevara días. Si ella se volviera aún peor. Si hoy no fuera precisamente hoy. Si Bon Jovi no sonara igual. Si los dolores fueran más profundos. Si el tiempo pasara en un santiamén. Si la vida no fuera la misma. Si mis creencias cambiaran. Si mis gustos de helado favoritos no se fabricaran más. Si mi casa la habitasen personas extrañas. Si las ganas de triunfar desaparecieran tan rápido como corre el río. Si el agua tuviera sabor amargo. Si el color fucsia no fuera color fucsia. Si en mi cabeza no cupieran ideas. Si se me agotaran las posibilidades. Si perdiésemos millones de oportunidades. Si todo diera un vuelco inesperado… ¿Y qué si está todo mal? Ya nada más me importa; nada más…

“Las mismas locuras del ayer contigo volvería a cometer.”








Confesión #110


Sentimientos, feelings, sentiments y todas las traducciones habidas y por haber. El significado no cambia. Técnicamente todos sentimos lo mismo, todos debemos sentir la pasión, el amor, la felicidad, la plenitud… ¿Qué es lo que hace que realmente sintamos lo que queremos sentir? Muchas veces sentimos lo que no queremos, deseamos sentir algo y cuando nos damos cuenta, estamos sintiendo algo totalmente inverso. Es como un juego de palabras, conjugaciones verbales que giran en torno a un tópico, pero si lo miras desde otra perspectiva no es tan surrealista (tan).
Es como la lluvia, viene cuando menos te la esperas. Cuando no la quieres, ahí está. Y cuando la deseas con todas tus fuerzas, no se le antoja aparecer. Los sentimientos rodean tantas cosas, inimaginables. Surcan mundos irreales para devolverle la alegría a los días helados, y abarcan subsuelos inventados por locos que alguna vez perdieron la cordura intentando modificar la realidad.

Pensamos, piensan, pienso. Sentimos, sienten, siento…. . . . Infinidad de cosas, ¡cuántas!. Ayer parecía todo darme lo mismo, todo era igual, hipotéticamente insensible se había vuelto esta expresión. Ya he perdido el estilo para escribir, mírenme ustedes. Y también cambiaré el estilo de mirar las cosas, aunque la subjetividad y la ambigüedad jamás se ausentarán. No importa que piensen, que digan. Ladran Sancho, señal de que cabalgamos. Muchas enseñanzas, pocas palabras. En síntesis, es un círculo vicioso. Todo se conecta con todo, el destino es asombroso. Cuanta coincidencia podemos encontrar; nunca lo sabemos. Así que, aquí les va una nueva; ¡prepárense terrestres, simples mortales!


"Los soñadores locos lo imaginan, los trabajadores incansables lo hacen posible, los felices cuerdos lo disfrutan y los inconformistas crónicos lo critican."








Me mantienes a oscuras el delirio inminente

Uno va por la vida creyendo hacer lo correcto, creyendo que poco a poco va logrando hacer las cosas mejor que antes, creyendo que está dando lo mejor de sí para sacar de los otros lo mejor de sí... ¡Qué ironía! A veces, dar lo mejor de uno puede sacar lo peor de otro. Y es en ese momento que algo cambia bruscamente: una sensación confusa y dolorosa se apodera de cuerpo y alma y es difícil quitársela. Alguien, observando la vida de uno desde otro lugar, le presenta una arista que hasta ese momento estaba oculta detrás del deslumbramiento que provoca estar bien consigo mismo, con los otros, con la vida... Entran entonces en juego las distintas percepciones que se tienen de un mismo hecho, según el lado de donde se lo mire... el vaso medio lleno o medio vacío. El estar bien, completa, segura, querida, me hacía ver el vaso medio lleno, y de pronto, en un abrir y cerrar de ojos, dos días seguidos me lo muestran medio vacío. Me niego a verlo de esa manera, pero en mi interior algo me dice que tengo que analizar esa posibilidad, que también es una verdad... pero que estoy absolutamente segura, no es mi verdad.

Modelos Naciones Unidas, me devolvieron la vida. Si quieres saber más http://www.minu.org/espanol/html/modelosonu/quees.php










Bloggers! Este texto no es mío, sino que es de una persona, una gran mujer mejor dicho. Ella me ha enseñado que puedo lograr tantas cosas si me lo propongo, ha revivido en mi lo que yo creía tener perdido hasta ese momento, me ayudó a creer en el poder que tenemos los seres humanos para cambiar todo. A ella, a quien le estoy inmensamente agradecida, le dedico esta entrada y publico un texto de su puño y letra, el cual me ha llenado los ojos de lágrimas y ha representado mi sentir en estos días. También les dejo unas fotografías tomadas por mi. Espero les guste!!

Confesión (extrema) #108



Extraño esos días en los que las sensaciones encontradas no hacían estragos, sino diversión. Jugaban con mis pensamientos y a mí me resultaba gracioso, terriblemente gracioso. Ahora me preocupa, pienso demasiado y eso es lo que me aterra, comerme el cerebro como si fuera gelatina e intentar embriagar la situación con un poco de corazonadas. Terminemos aquí mente loca, me tienes patas arriba. Y es que sí, mis cuadernos de historias están cada día más desordenados, y mi habitación cada vez más estructurada (todo en ese lugar, y acomoda un poco las prendas de ropa, pero solo un poco nada más, se notará la presencia de mi brote psicótico sobre el extremo orden). Pensé, pensé, pensé y seguí pensando, casi llego al extremo desacuerdo con mis pestañas, estaban histéricas, casi tanto como yo.
Me molesta infinitamente que me afecte la presencia de ciertos cuerpos con vida rondando por los lugares que habito. ¿Por qué, si antes no me molestaba? He cambiado, ¿He cambiado? Que analista estoy hoy, hoy por semana. Creería que así ha sido, y tendría que aceptar que no tiene otra forma de ser. Tengo una extraña forma de expresarme, muchos lo dicen. O me sobresalto demasiado, o me tranquilizo (decía que). Es como un juego, muñecas, para mi pesar y recordar. Despeinadas algunas cuantas. Me miran y giran entorno a los ojos que las persiguen incansablemente. Me reprenden por preguntar lo que no estoy enterada. Y me comprenden con cosas raramente incomprensibles.
Cambio repentinamente, y se asustan. Otros, me entienden. Casi casi termino. ¡Ajá! Con eso te quería agarrar. ¿Tratando de entender? Claro, ahora me dices que no entiendes. Muy bien, no te lo voy a explicar. Pero voy a crear una nueva forma, un nuevo molde donde el aire rasguñará las paredes queriéndose escapar. Con esa cara de tristón y esa lluvia de primavera intentando parecerse a una de invierno. Todos aparentan, todos engañan, pocos canibalizan sentimientos y los insignificantes, hablan.