Errores, errores y más errores. Mejor dicho, equivocaciones, fallas en mi sistema, malentendidos y un poco de maldad. La verdad me cuesta entender por qué me pasa, simplemente soy como un extraterrestre en mi propio planeta. Aunque no me vean como tal, yo me siento así. Me duele, mis emociones ya no soy significativas sino mas bien descriptivas, tienden a engañar a mi memoria, inclinándome hacia lo negativo. ¡Qué masoquista soy! Una vez que me dolió en el alma, recuerdo cada segundo de dolor idéntico que experimenté. Luego me olvido, y más tarde se vuelve a repetir, una y otra vez. Me doy cuenta tan tarde, que mis impulsos nerviosos ya ni alcanzan a reaccionar. Estuve al borde de caerme al vacío miles de veces, pero misteriosamente nunca caí. Es como si alguien me sostuviera cada vez que me sucede, cada vez que me miento a mí misma. Aún es peor esta situación, me lo creo como si fuera que alguien más me lo contó. Esta vez parece ser diferente, rara, inexplicable; me dieron ganas de cambiar. No sé si para bien, o para mal; pero presiento que una metamorfosis está a punto de surgir desde mi mente, y se va a extender por cada una de las células que componen mi cuerpo, mi arriesgado cuerpo. Ya ni me conozco, ya ni sé cómo definirme, cómo encontrarle un motivo a las cosas que hice. Algo en lo más profundo de mi corazón me dice que lo hice porque me cuesta encarar la vida como se debe, me cuesta dar la cara. Tardaré en asimilar esta “teoría”. Mañana ya no será una teoría más, será mi solución.
MG.
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